Muchos de los resultados difíciles y dolorosos como el fracaso, la pobreza, la enfermedad y otras limitaciones que padecen las personas se originan más en restricciones inconscientes de la mente que, en realidad, en falta de oportunidades, mala suerte u otros factores externos. Y más aún cuando el mundo de hoy nos invita a estar desconectados de nosotros mismos, expuestos a cantidades de información que hacen que vivamos de una manera reactiva, ansiosa y anhelando constantemente deseos materiales. 

La mayoría de estas disfuncionalidades crean una sensación de inseguridad y falta de confianza, en sí mismo, haciendo más difícil que se puedan expresar satisfactoriamente las competencias y habilidades que se tienen para desempeñarse en los diferentes ámbitos personales. Estas restricciones inconscientes pueden tener su origen en experiencias pasadas, influencias culturales o sociales, o en la propia interpretación de diferentes eventos de la vida.

Las decisiones equivocadas van llenando la mente de miedos e inseguridades, como una bola de nieve que la nubla completamente, permitiendo que se instale una especie de archivo que condiciona el bienestar y el potencial de las personas; las creencias limitantes. 

Estas creencias no son verdades absolutas, son solo ideas autoimpuestas que se han aceptado como verdaderas, pero que afectan la forma de comportarse ante determinada situación, nublando la capacidad de encontrar una respuesta satisfactoria. Esta situación genera inseguridad y socava la confianza en uno mismo, fomentando una respuesta basada en el miedo y las creencias ya instaladas . Este patrón negativo se convierte en un ciclo vicioso cada vez más difícil de romper con el paso del tiempo. 

La influencia de las creencias limitantes puede afectar negativamente los resultados en la vida, pues bloquea un potencial inimaginable inherente en cada persona, que no permite ir más allá de la zona de seguridad,  donde el miedo a desafiar los viejos pensamientos limita el aprendizaje e impide la acción orientada en búsqueda de nuevos resultados. 

La buena noticia radica en que la solución está completamente en nuestras manos, simplemente debemos cambiar nuestra forma de enfrentar las situaciones, viéndolas como oportunidades de aprendizaje y desarrollo de nuevas habilidades. En primer lugar, es crucial identificar las propias limitaciones que nos impiden alcanzar nuestros objetivos y resultados deseados. A continuación, nos enfrentamos al desafío de cuestionar esas creencias, evaluando su veracidad y buscando interpretaciones diferentes. Luego, es completamente necesario pasar a la acción, dirigiendo nuestra energía y atención hacia posibilidades alcanzables que cuenten con los recursos necesarios para acercarnos a nuestros propósitos.

Es importante entender que todo lo que logramos o no logramos es el resultado de nuestra capacidad para controlar y dirigir nuestros pensamientos en una dirección determinada. Los pensamientos pueden ser aliados y motivadores o enemigos limitantes.

La elección entre unos u otros determina nuestro éxito o fracaso ante cualquier circunstancia que enfrentemos.

Francisco Rodriguez
Info@eltalleer.com
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